Crujiente y sabrosos falafel con salsa de yogur y tahini
Preparación
20
minutosRemojo
12
horasRaciones
24
unidadesBolitas de garbanzo fritas en muy poco aceite con salsa de yogur.
Ingredientes
150 gr. de garbanzos secos, que una vez remojados duplicarán su volumen.
100 gr. de champiñones cocidos en conserva (opcional)
Una cebolla pequeña
1 diente de ajo
Un ramillete de cilantro fresco de 15 gr.
Una cucharada sopera de comino molido
Una cucharada de postre de tahini
Una cucharada de postre de ajo en polvo
Una pizca de sal
Tres cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
- Para la salsa
3 cucharadas soperas de yogur de soja sin azúcar
1 cucharada sopera de Shiro miso
1 cucharada de postre de tahini
Unas gotas de zumo de limón
Media cucharada de postre de ajo en polvo
Unas hojas de cilantro fresco
Procedimiento
- Pon en remojo los garbanzos la noche anterior. Al día siguiente escúrrelos y tritúralos en el procesador de alimentos con el resto de ingredientes.
- Forma las bolitas y fríe en una sartén con el aceite a fuego medio, dándoles la vuelta para que se doren por todos los lados. Al usar poco aceite lleva un rato porque el aceite se deposita en los extremos de la sartén y posiblemente necesites freírlos en dos tandas pero merece la pena reducir el aceite en la fritura.
- Mezcla en un bol los ingredientes de la salsa y sirve con unas hojas de cilantro por encima y la salsa para dipear.
Notas
- El Tahini es una pasta hecha con semillas de sésamo. Idealmente peladas, tostadas y después trituradas. Es un alimento muy rico en proteínas, calcio y ácidos grasos insaturados.
- Del Miso ya he hablado en algún post. Es una pasta que se obtiene de la soja fermentada con sal marina y un hongo durante meses o años. A mayor tiempo de fermentación, más intenso es su sabor y más oscuro su sabor. A veces la soja se acompaña de algún cereal como arroz o centeno. El Shiro Miso contiene arroz y el hongo Aspergillus oryzae, y tiene una fermentación corta por lo que el sabor es suave y a la vez puro umami. Es importante que no este pasteurizado para que siga siendo un alimento vivo y contenga bacterias de las buenas. Para no matarlas no debemos cocinarlo y por eso se añade siempre al final de la preparación, justo antes de comer y hay que conservarlo en el frigorífico.